La Inteligencia Emocional en el Roller Derby: Controlando las Emociones para un Mejor Rendimiento

El roller derby es un deporte de alta intensidad, lleno de choques, velocidad y rápidas transiciones entre ataque y defensa. Pero, más allá del componente físico, existe otro factor determinante: las emociones. Aprender a gestionar el temor, la frustración y la euforia puede marcar la diferencia entre un equipo que se desmorona ante la presión y otro que se adapta, crece y domina el juego. En este artículo exploraremos el rol de la inteligencia emocional en el roller derby y presentaremos estrategias prácticas para entrenar este aspecto dentro y fuera de la pista.

La Importancia de la Inteligencia Emocional (IE)

  1. Consciencia Emocional:
    Comprender lo que sentimos durante un partido es el primer paso para intervenir positivamente en el rendimiento. Muchas jugadoras experimentan ansiedad, temor a fallar o irritación ante ciertas jugadas rivales. Sin reconocer estas emociones, es difícil modularlas. Desarrollar la consciencia emocional ayuda a identificar en qué momento la tensión está por desbordarse, permitiendo tomar acciones preventivas antes de perder la concentración.

  2. Gestión Efectiva del Estrés:
    Las emociones pueden nublar la toma de decisiones y limitar la visión táctica si no se regulan. La inteligencia emocional no busca eliminar las sensaciones, sino canalizarlas adecuadamente. Por ejemplo, la adrenalina generada por la emoción de un marcador ajustado puede motivar a las jugadoras a moverse con mayor determinación, pero sin la habilidad de manejo emocional, esa misma adrenalina se convierte en pánico o agresividad desmedida. Una buena gestión del estrés permite utilizar la energía emocional para impulsar el rendimiento, no para obstaculizarlo.

  3. Resiliencia y Adaptabilidad:
    Un equipo emocionalmente inteligente responde con más flexibilidad ante la adversidad. Si el marcador va en contra o una jugadora clave es penalizada, no cunde el pánico: se respira, se reorganiza la estrategia y se busca una solución colectiva. La resiliencia surge cuando las emociones son comprendidas y encauzadas hacia la acción efectiva, no cuando son reprimidas o ignoradas.

Estrategias para Desarrollar la Inteligencia Emocional en el Roller Derby

  1. Ejercicios de Mindfulness en el Entrenamiento:

    • Dentro de la Pista: Dedicar algunos minutos al inicio o al final de la sesión a la respiración consciente. Por ejemplo, antes de un drill intenso, las jugadoras cierran los ojos durante 30 segundos y se enfocan en su respiración. Esto las ayuda a calmar la mente y entrar en un estado de alerta serena.

    • Fuera de la Pista: Fomentar el hábito de la meditación corta (5 a 10 minutos diarios) para cultivar una mayor consciencia de las propias emociones. Con el tiempo, las patinadoras serán capaces de reconocer cuando la tensión interna aumenta durante un partido y responder de forma más calmada.

  2. Visualización Emocional Guiada:

    • Dentro de la Pista (Ejercicio): Simular escenarios complicados: una power jam en contra, una desventaja numérica o un marcador muy ajustado. Antes de llevar a cabo el ejercicio en la pista, pedir a las jugadoras que cierren los ojos e imaginen la escena con detalle, reconociendo las emociones que surgen. Luego, indicarles visualizar cómo reaccionarían de forma ideal: manteniendo la calma, coordinando con el equipo, comunicándose con claridad. Esta preparación mental reduce las reacciones impulsivas en el partido real.

    • Fuera de la Pista (Ejercicio): En casa, las jugadoras pueden dedicar unos minutos a imaginarse en diversas situaciones emocionales, no solo dentro de la pista, sino también en su vida diaria. Al practicar la gestión emocional en contextos menos estresantes, fortalecen su habilidad para trasladar esa inteligencia emocional al juego.

  3. Círculos de Diálogo y Retroalimentación Emocional:

    • Dentro de la Pista: Al finalizar una sesión exigente, sentarse en círculo y dedicar unos minutos a compartir cómo se sintieron durante los ejercicios más difíciles. Esto no se trata de buscar culpables, sino de crear un espacio donde la vulnerabilidad sea aceptada. Escuchar a las compañeras hablar de sus temores, frustraciones o nervios ayuda a normalizar las emociones y fomenta la empatía dentro del equipo.

    • Fuera de la Pista: Organizar reuniones informales, quizás una vez al mes, donde se hablen no solo de aspectos tácticos, sino también emocionales. Estas conversaciones refuerzan la cohesión y la confianza del grupo, creando un ambiente en el que cada jugadora sabe que sus sentimientos son válidos y comprendidos.

  4. Role-Play Emocional y Ensayo de Reacciones:

    • Dentro de la Pista (Ejercicio): Proponer ejercicios en los que una jugadora asuma el rol de “provocadora” o simule situaciones de estrés (comentarías desestabilizadores, movimientos bruscos e imprevistos) mientras las demás deben mantener la compostura emocional. Después del drill, reflexionar sobre cuáles estrategias funcionaron y cuáles no, reforzando la capacidad de mantenerse centradas bajo presión.

    • Fuera de la Pista (Ejercicio): Aprovechar reuniones de equipo para hacer pequeños role-plays donde se planteen conflictos imaginarios (por ejemplo, una disputa por un error en el último partido) y las jugadoras practiquen comunicarse de manera asertiva, expresando sus emociones sin atacar a las compañeras. Esto mejora la comunicación interna y la capacidad de resolución pacífica de conflictos, habilidades esenciales en la pista.

  5. Metas Emocionales Específicas:

    • Dentro de la Pista: Además de las metas técnicas (como mejorar el muro defensivo o aumentar la velocidad de la jammer), establecer objetivos emocionales. Por ejemplo: “Mantener la calma bajo presión durante al menos dos jams consecutivos” o “Responder a una provocación rival con una señal acordada en lugar de un grito o un choque fuera de lugar”. Evaluar el cumplimiento de estas metas al final del entrenamiento da a las jugadoras una referencia concreta de su progreso en IE.

    • Fuera de la Pista: Animar a las jugadoras a fijar sus propias metas emocionales personales, como: “Cuando sienta rabia en un entrenamiento, respiraré antes de responder” o “Si algo me frustra en un partido, intentaré comunicarlo con palabras claras en la siguiente pausa del juego”.

  6. Refuerzo Positivo y Reconocimiento de la Gestión Emocional:

    • Dentro de la Pista: El cuerpo técnico puede señalar y elogiar situaciones en las que una jugadora manejó bien sus emociones. Por ejemplo: “Excelentes decisiones bajo presión en el último jam, mantuviste el control sin caer en la desesperación”. Reconocer públicamente estos logros emocionales los pone al mismo nivel de importancia que las mejoras físicas o técnicas.

    • Fuera de la Pista: En las reuniones de equipo, dedicar unos minutos a destacar las situaciones del último partido donde la inteligencia emocional marcó la diferencia. Esto refuerza la idea de que las emociones bien gestionadas son un activo, no un obstáculo.


La inteligencia emocional en el roller derby es tan fundamental como la resistencia física o la habilidad técnica. Aprender a reconocer las propias emociones, gestionarlas con destreza y canalizar su energía hacia un rendimiento óptimo ofrece una ventaja competitiva enorme. Este proceso no se construye de la noche a la mañana: requiere práctica, paciencia y compromiso por parte de todo el equipo.

Con ejercicios de mindfulness, visualización, diálogos abiertos, role-play emocional y metas emocionales específicas, las jugadoras pueden fortalecer su capacidad de enfrentar situaciones de estrés sin perder la cabeza. A largo plazo, esta madurez emocional no solo eleva el nivel del juego, sino que también crea un ambiente de equipo más empático, unido y resiliente. En última instancia, la inteligencia emocional se convierte en un pilar que sostiene la evolución continua tanto de las atletas individuales como del equipo entero.

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La Resiliencia Mental en el Roller Derby: Fortaleciendo la Mente para Triunfar en la Pista